Actualidad
bibliográfica - 07. 12. 1999
Las
sombras del Dalai Lama
En los últimos
treinta anos, el budismo se ha extendido de manera sorprendente en el mundo
occidental. A ello ha contribuido sin duda la figura del Dalai Lama, el
cual "para muchos habitantes des nuestro planeta, aunque non sean
budista, representa la personalidad viviente más respetable de nuestra
época" (p. 15) En opinión del antiguo presidente des los Estados
Unidos, Jimmy Carter, representa un nuevo tipo di World Leader que
sitúa a los principios de la paz y la compasión en el centro de su
política. En los últimos tiempos, sin embargo, se han levantado algunas
críticas. Perce que no todo es luz en la figura de este sencillo monje
budista tibetano, existen también sus sombras. De ahí el título del libro: Las
sombras del Dalai Lama. Junto con una amplia exposición del budismo
tibetano, de sus ritos y su polìtica , la obra constituye una crítica en
medio de la euforia budista del mundo occidental. Laobra está dividida en
dos grandes partes. La primera, que lleva portítolo "Ritual como
política", junta exposición y crítica de los fundamentos religiosos
del budismo tibetano, el tantrismo. Se van desarrollando los siguientes
temas: budismo y misoginia; el sacrificio ritual de las mujeres; la
construcción microcósmica de un dominador mundial; la guerra entre Buda y
Ala según el agresivo mito de Shambhala. Las conlusiones de esta primera
parte no dejan lugar a dudas. El budismo tibetano tiene un concepto
negativo de la mujer; la considera un impedimento en el camino de la
iluminación; hablan los autores de la destrucción del prnicipio femenino
como uno de los propósitos centrales del budismo. La finalidad del
scrificio ritual femenino, que tiene un sentido simbólico, es el dar origen
a una esencia andrógina, sobrehumana. La obra Kalachakr Tantra, que
analizan los aotores, habla de la producción "alquímica" de un
adrógino cósmico que tiene que ejercer un dominio total sobre el tiempo,
sobre nuestra planeta y en todo el universo. A este dominador universal se
le llama Adi Buda. No se sabe si muchas doctrinas tienen sólo un valor
puramente simbólico, representativo de hechos ps´quicos, o, por el
contrario, hay que interpretarlas en sentido real. En esto caso, los
autores consideran preocupantes estas doctrinas. Son las sombras del Dalai
Lama , que se esconden o se "reprimen". La segunda parte,
"Política como ritual", ivestiga el podér político del Dalai Lama
sus presupuestos históricos. Trate del usodel tantrismo budista como método
político para entender la historia del Tibet; del influjo del Vajrayana
sobre el estado budocrático, la economiá, el ejército, la política exterior
y la política mundial. Algunos de los temas desarollan los capítolos de
esta segunda parte: el Dalai Lama como la encarnación de los dioses
tibetanos; los fundamentos de la budocracia del Tibet; su realidad social;
la magia como medio de la política; los dioses guerreros detrás de la
máscara de la paz; el fascismo y sus estrechas relaciones con el tantrismo
budista; la conquista budista del Occidente. La "metapolítica" de
los tibetanos, para un occidental, tiene mucho de fantástica e ilusoria.
Las decisiones políticas se toman"por medio de oráculos y por las
entidades sobrehumanas que actúan y se manifiestas detrás de ellos."
(p.23) En la persona del Dalai Lama se concentra todo el poder mundano y
mágico-espiritual. Al final de su obra, los autores llegan a consecuencias
nuy negativas. Asi, por ejemplo, creen que "la promesa de la total
iluminación de budismo tántrico es una trampa a fin de aprovecharse de los
sentimientos religiosos e íntimos de los hombres para imponer de una forma
mágica las finalidades políticas y religiosas del clero monacal." (p.
778) Respecto a la política de la budocracia lamaísta, afirman que es
"inhumana", porque está hecha por dioases y yogis, no por
hombres. Estos dioses muestran, en parte, propiedades destructivas, que son
"sacrosantas" y como tales no se pueden discutir; se habla de la
constitución de un Estado de monjes androcéntrico, no democrático y
despótico; la pol´tica no se determina seún procesos de libre decisión democrática,
sino según mandatos divinos provenientes de los oráculos; en fin, según los
autores, el budismo tántrico manipula a las masas occidentales con imágines
falsas de paz, ecología, democracia, feminismo, renuncia total a la
violencia, justicia social y compasión solidaria. (pp. 779 - 780) Los
autores denuncian igualmente el influjo que ha tenido el budismo tántrico
sobre el facismo y el nacionalsocialismo. Por todas estas razones,
cuestionan la figura del Dalai Lama que va difundiendo la paz y la democracia,
el feminismo y los drechos humanos, en el mundo ocidental. "La risa y
las palabras amables del 'buda viviente' son sólo la fachada externa de su
personalidad compleja." (p. 783). Para ambos autores no les queda
duda: aunque el Dalai Lama los monjes budistas predican cara al Occidente
los grandes valores democráticos occidentales, esta actitud no es nada más
que una máscara que esconde la verdadera realidad. Como puede verse, una
obra polémica, que va a contracorriente de lo que se dice y se piensa
actualmente en gran parte del mundo occidental.
J.
Boada
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